Clase 3
- En esta clase, se les leerá un cuento al grupo de alumnos.
- Luego se entregará a cada grupo el texto para que realicen ellos una lectura.
- Brindar la posibilidad que el alumno en forma individual o en grupo pueda expresarse en forma escrita, inventando un final para el cuento, donde se observará su imaginación, creatividad y coherencia.
- Permitir que cada alumno o grupo pase a leer su producción, de este modo los alumnos irán creciendo en autonomía para expresar en forma oral lo creado por ellos mismos, frente a los demás.
¡CUÁNTO TRABAJO!
Una tarde, después de que había llovido mucho, mucho, mucho, apareció en el cielo un fantasma brazos muy largos y con manos enormes. Estaba apoyado en la punta de dos montañas. Era un gigante, que de a poquito, se fue comiendo todos los colores: el rojo de las manzanas, el verde de las hojitas, el violeta de las uvas y el amarillo del sol. Todo quedó blanco.
Los chicos ya no querían jugar porque los juguetes estaban desteñidos, no tenían ganas de comer chupetines porque estaban desabridos. Los animalitos dormían todo el día porque el sol no los alumbraba y nadie quería festejar su cumpleaños porque los globos estaban transparentes.
Doña Ilusión muy alegre que era la encargada de ponerle color a todo, estaba muy afligida. Ahora tendría que pintarlo todo de nuevo. ¡Cuánto trabajo!...
¿Cómo terminarías el cuento?
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- Aquí algunos finales del cuento que escribieron los niños.
Al día siguiente, Doña Ilusión, convocó a todos los habitantes del pueblo a una reunión para conversar sobre el tema, allí todos se pusieron de acuerdo y Doña Ilusión mandó a los habitantes a sus casas a buscar materiales para pintar.
Al rato, nada más, todos se juntaron en la plaza y empezaron a pintar, cuando terminaron de pintar todo quedó como esa tarde, y Doña Ilusión junto con los habitantes pudieron vencer al fantasma.
Karen y Dany
Doña Ilusión comenzó a pintar, como se cansó, llamó a su burro para que le ayudara a pintar, pero el burro se cansó y llamó a la burra, comenzaron a pintar los tres, pero también se cansaron mucho y se fueron a dormir. Al amanecer, Doña Ilusión, como estaba muy viejita, había fallecido, los dos burros se afligieron mucho, entonces, llamaron a un guerrero para que los ayudara.
-¡Tengo una idea! - exclamó el guerrero.
-¡Vamos a matar al fantasma!
Entonces el guerrero avanzó hacia las montañas.
Logró vencer al fantasma y devolvió los colores al pueblo.
Paloma y Candela
Todos en el pueblo estaban muy triste. Doña Ilusión empezó a pintar el pueblo y todos los habitantes se pusieron muy alegres por los colores: rojo, verde, violeta, amarillo, rosa, naranja, azul y celeste.
Y el pueblo volvió a la normalidad con sus lindos colores brillosos.
Tiana, Brisa y Tamara.
Luego a Doña Ilusión se le ocurrió una idea, llamaría a todos los habitantes del pueblo para que le ayudaran a pintar todo de nuevo. Pero todavía faltaba pintar algo, ¡al fantasma!.
Una noche Doña Ilusión, con los habitantes del pueblo se fueron con pinturas, hacia la montaña y pintaron los brazos del fantasma, que dormía.
A la mañana siguiente, cuando el fantasma se despierta, ve que en sus brazos le habían pintado el pueblo con muchos colores y huyó asustado.
Así el pueblo recuperó su color.
Luz y Lara.
Doña Ilusión, pintó todo de nuevo y el sol empezó a iluminar a los animalitos y los niños volvieron a jugar con sus juguetes, la gente estaba muy feliz porque todo había vuelto a la normalidad y los niños ya pudieron festejar sus cumpleaños porque los globos ya no estaban transparentes y la gente se puso feliz para siempre.
Lucio, Rodri y Andrés.
Doña Ilusión contrató a dos hombres para que pinten todo lo que se volvió sin color.
A la tarde siguiente terminaron de pintar todo y entonces quedó todo de color.
Los globos, las manzanas, las hojas, las uvas, el amarillo del sol y entonces todos los chicos pudieron festejar y jugar entre ellos.
Erika
Antes de pintar el pueblo, Doña Ilusión tuvo una idea, ir a hablar con el fantasma, para que reaccionara y devolviera los colores que se había tragado, entonces el fantasma se sintió muy triste y avergonzado por lo que había hecho, entonces le pidió disculpas y el fantasma dijo que quería pagar por lo que había hecho. Doña Ilusión le dijo que le ayudara a pintar el pueblo.
Doña Ilusión y el fantasma comenzaron a pintar de celeste, el cielo, de amarillo, el sol; de rojo, las manzanas; de violeta, las uvas; y de verde, las hojas.
Después de mucho trabajo terminaron y todos los habitantes volvieron a ser felices.
Cristian.
La viejita comenzó rápidamente a pintar las paredes de las casas, luego los techos, las flores, las mariposas y a los chupetines les dió sabor; pero aún le faltaba mucho por pintar.
Luego siguió con una montaña, allí encontró una cueva muy vieja donde apareció de la nada, una varita mágica y con ella derrotó al fantasma.
Después pintó todo el pueblo con maravillosos colores, y a Doña Ilusión la nombraron protectora del pueblo.
Meli, Jere y Brenda.
- Los alumnos pasaron a leer sus producciones.
- Algunos de los trabajos de los alumnos, que además de escribir el final al cuento, quisieron ilustrar.